Las emociones y las energías son un componente vital de la comunicación en el BDSM. A menudo, se manifiestan de manera sutil, casi imperceptible, pero tienen un impacto profundo. Se trata de un intercambio de vibraciones que todos podemos sentir. Podemos intuir cuando alguien está ansioso, feliz o tenso, incluso antes de que hable.
Esta resonancia emocional es crucial en cualquier sesión. Por eso, es fundamental que, si vas a participar, lo hagas desde un estado mental estable y claro.
¿Qué pasa si no estoy en un buen momento?
La gran pregunta es: ¿cómo puedo tener una sesión si no estoy bien emocionalmente?
La respuesta no es simple, pero el camino a seguir es claro. Lo ideal es no ignorar el problema, sino atender la causa de esa inestabilidad antes de comenzar. Esto no significa que debas resolver por completo un problema complejo, pero sí que necesitas «limpiar» esa energía, como bien mencionas.
Opciones y estrategias para prepararse:
- Preparación consciente: Antes de la sesión, toma un tiempo para ti. Puedes meditar, escuchar música relajante o simplemente sentarte en silencio. El objetivo es liberar la tensión y centrarte en el presente.
- Comunicación abierta: Habla con tu pareja. Expresar cómo te sientes, aunque sea brevemente, puede aligerar la carga. Decir «Hoy me siento un poco estresado, pero quiero estar aquí» ya crea un espacio de comprensión.
- Técnicas de distracción y conexión: Algunas personas encuentran que una actividad simple y enfocada, como una respiración profunda o un ritual previo, ayuda a desviar el foco del malestar emocional. Esto permite que el cuerpo y la mente se centren en la conexión y en la experiencia de la sesión.
Al final, se trata de una elección consciente. Decidir si estás en un estado de ánimo adecuado para una sesión es una forma de autocuidado y de respeto hacia tu pareja. Prepararse para ello, incluso si implica un trabajo mental previo, asegura que la experiencia sea segura y placentera para todos los involucrados.