Comienza definiendo el BDSM ético como un marco basado en el respeto, la confianza y la comunicación clara. Compáralo con la idea errónea de que se trata únicamente de dinámicas de poder. Destaca que el verdadero poder en el BDSM reside en el consentimiento informado y el compromiso compartido con la seguridad. Esto conectará de inmediato con una audiencia que busca información auténtica y respetuosa.
Consentimiento: La base de cada encuentro
El «V.I.P.» del consentimiento: Presenta los principios fundamentales del consentimiento de forma memorable.
Voluntario: El consentimiento debe otorgarse libremente, sin coerción, manipulación ni presión.
Informado: Todas las partes deben comprender claramente lo que sucederá, incluidos los riesgos. Esto incluye hablar sobre las actividades, los límites y los posibles impactos físicos o emocionales.
Presente y continuo: El consentimiento no es un «sí» de una sola vez. Se puede retirar en cualquier momento, por cualquier motivo, sin necesidad de explicación. Enfatiza que el consentimiento para un acto no implica el consentimiento para otro.
El poder de la prenegociación: Explique la importancia de una conversación previa a la escena o «negociación». Aquí es donde las parejas discuten:
Límites estrictos: Cosas que están absolutamente prohibidas.
Límites flexibles: Cosas que causan dudas o incomodidad, pero que están abiertas a la discusión y al fomento de la confianza.
Sí: Actividades que les entusiasman.
Cuidado posterior: Qué tipo de apoyo físico y emocional se necesita después de la escena.
Consentimiento no verbal: Si bien el consentimiento verbal es primordial, también se debe abordar cómo interpretar las señales no verbales. Enfatice que el lenguaje corporal de la pareja siempre debe considerarse y, en caso de duda, la regla es siempre preguntar.
Seguridad: Más allá de lo físico
Protocolos de seguridad física: Aquí es donde puede brindar consejos prácticos y viables.
Palabras de seguridad: Explique la función de una palabra de seguridad (como «amarillo», «naranja», «rojo» o un semáforo) como una señal clara e inmediata para detenerse o reducir la velocidad.